<span class="reader-mode-buttons"></span>MANSEDUMBRE DE NUESTRO CORDERO DE PÉSAJ<span class="reader-mode-buttons"></span>
PDF :
Listen to this article

LA MANSEDUMBRE DE NUESTRO CORDERO DE PÉSAJ

Uno de los acontecimientos centrales de las Escrituras que definió a la nación de Israel y cambió el mundo fue el Éxodo de Egipto. Elohím no sólo cumplió su promesa de pacto de redimir a Israel de la esclavitud, sino que el Éxodo también fue un presagio de la liberación que vendría en Yeshúa haMashiaj.

Aunque fue un elemento clave del plan de redención de Elohím y cumplimiento del pacto para Israel, los eventos del Éxodo no son más que una sombra en comparación con la salvación en nuestro Mesías Yeshua y la gran liberación que está aún por venir…

Ex-Shemot 12:3
[3]Habla a toda la congregacíon de Israel ישראל, diciendo: “En el día diez de este mes, cada familia tomará un – אִ֛ישׁ שֶׂ֥ה – (’îšh śeh – hombre cordero) conforme a su casa paterna, uno por cada familia – Daberu el-kol-adat Israel ישראל lemor be’asor lajodesh hazeh veyikju lahem ish seh leveyt-avot seh labayit. דברו אל־כל־עדת ישׂראל לאמר בעשׂר לחדשׁ הזה ויקחו להם אישׁ שׂה לבית־אבת שׂה לבית

Según este mandamiento, que el Todopoderoso dio a Israel, del 10 al 14 de Nisán había corderos en las casas. Se traía un cordero a la casa para el Seder de Pésaj. Todos lo llevaban en sus brazos, lo acariciaban, los niños estaban encantados.
Se trata de una criatura asombrosa, dulce, cálida y suave que soportó dócilmente todas sus travesuras y el ruido de los invitados. Y durante cuatro días este cordero estaba en la familia, y al cuarto día, entre dos tardes, el padre tenía que sacrificarlo.

Todo esto nos lleva a la historia de nuestro Mesías y Salvador Yeshúa, Quien antes de Pésaj fue a Yerushalayim, a la casa del Padre, al corazón mismo de la familia de Israel, para mostrar allí Su mansedumbre, para revelarse, para mostrar la voluntad del Padre y todo el amor del Padre. En Pésaj, reflexionamos sobre lo que Yeshúa ha hecho por nosotros, cómo es Él y cuál es Su carácter.
Yeshúa nos dijo:
Mt-Matityah 11:28-30
[28]”Vengan a mí todos los que están agobiados y cargados, y Yo les daré descanso.
[29]Tomen mi yugo y aprendan de mí, porque Yo soy manso y de corazón humilde; y así encontrarán descanso para sus almas. Num 12:3; Jer 6:16; Sal 23:3
[30]Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera. Is 46:1

Cuando pedimos al Padre que nos enseñe mansedumbre, ciertamente Él lo hace, porque es cien por ciento conforme a Su voluntad. Pero Él no nos hace de alguna manera suaves y mansos con solo chasquear sus dedos. Él nos ayuda a ser así con la ayuda de nuestra familia y amigos, y nos da Su fuerza para que podamos volvernos mansos, como nuestro Cordero de Pésaj Yeshúa.

Menú Toráh Viviente
t.me/menutorahviviente

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *